Si, no tan permanentemente, pero se va... (algo así denso tenía que pasar para que vuelva a actualizar el blog, jaja)
Digo jaja pero no es simpático. 5 años no son joda. Si, el señor Carlos Andrés (en la puta vida nadie le dijo así) Piñanez Kohn es el integrante más viejo (de antigüedad, de espíritu es el más pendejo lejos) de Vecindad después de Augusto, con quien formé el grupo. Y fue él - Augusto - justamente el que nos presentó, en la época en que tocaba con la orquesta de Itaipú.
Cuando tocamos por primera vez, yo todavía estaba en el colegio. Fue en Foz (con Dani y Fede) y solo ensayamos una música: "Paraguarí". Le llamamos al escenario tipo "músico invitado", pero muy rápido él y su eterno compinche Carlos Miguel se fueron quedando como fijos y fueron muy importantes para desarrollar el estilo del grupo. Hablando de Carlos, justamente eso estábamos comentando: qué raro va a ser verle solo, sin su hermano siamés.
Si me voy a poner a recopilar todos los quilombos que pasamos juntos en todo este tiempo, no sé cuantas páginas voy a escribir. Además de lo obvio (las borracheras e interminables viajes) hubo algunos episodios bastante surreales, como cuando dormimos en la calle esperando el colectivo a casa, que solo llegó a las 6 de la mañana. Mientras no venía, nos quedamos con él y Renato Bravo perturbando la paz pública, tocando guitarra y trompeta, o simplemente cantando a grito pelado en plena Mcal. López.
O cuando en mi ex-departamento en Sajonia, después de comer en 40 minutos (con la ayuda de Carlos) toda la provisión de mi heladera que era para un mes, se hizo una "A" de anarquía con un estilete en el brazo, y acto seguido, roció la herida sangrante con perfume.
Como sea, este sábado 29 de agosto (en el aniversario de Peter Punk) va a ser su "ultimo concierto". En mucho tiempo, digo (se va a Africa por un par de años, no sé si se queda más), ojalá que no EL último. Es en Absoluto Rock, hay que ver a qué hora tocamos, pero empieza a las 6. VAYANSE si pueden y le cagamos a palos para manifestarle que le vamos a extrañar.